«Tras la alegría inicial al ganar el concurso, llegó el sabor agridulce al conocer que el Concello y la Xunta tenían un millón de euros para construir el edificio. De nuevo el reto fue dar más por menos, nos vimos obligados a hacer realidad el lema del concurso, “hangar”, construyendo esa pieza multiusos en hormigón, austera, como una catedral o como un hangar. Imaginábamos, como así ha sido, que el tiempo haría crecer flores y verde sobre el hormigón y el granito. El proyecto desarrolló las ideas del concurso, haciéndolas coherentes con la realidad física del emplazamiento: las pozas de Eimonde, un lugar donde el nivel freático constante y uniforme está a 2 m bajo rasante y esa circunstancia condicionó la estructura del edificio, con una cimentación de losas casi sumergidas.
El edificio se articula en dos piezas. La primera, el hangar, de hormigón (paredes, techo, cubierta….) con la sala multiusos y capacidad para 400 personas y toda interiormente en madera de castaño color rojo intenso. Y una segunda perpendicular a ella en granito, con las aulas y resto de dependencias.
Ambas piezas conforman un espacio exterior, una plaza pensada para diferentes actividades, baloncesto, pulpadas, cine de verano, verbenas, algunas de ellas soñadas viendo a Visconti.
En la Sala Multiusos, el acceso principal se produce bajo el gran voladizo del ventanal-anuncio mientras en el interior las gradas retráctiles, como en un efecto de latido, se extienden o se recogen para permitir nuevas actividades. A la carretera las pastas de granito que forman la valla se conservan y se protegen durante la obra como tesoros encontrados»
De Lapuerta+Asensio Arquitectos