| | «En 1969, el obispo fray José López Ortiz aprobó los planos del nuevo templo, proyectado por Arturo Fraga Framil. Su presupuesto se había rebajado de modo considerable, y la construcción — que no comenzó hasta 1973— fue muy lenta, debido a las dificultades de todo tipo que aparecieron durante los años siguientes: la obtención de subvenciones, las permutas de terrenos y la intervención de múltiples intereses y organismos. Mientras tanto, la comunidad parroquial celebraba el culto en el bajo de una vivienda. En 1980 el centro parroquial obtuvo la licencia municipal, y tras muchos avatares, se inauguró el 12 de octubre de 1981. La promoción de la obra corrió a cargo del Instituto Nacional de la Vivienda. La parte más reseñable del proyecto era la estructura, conformada por seis pórticos metálicos que salvaban una luz de 24,30 metros y alcanzaban una altura de 10,80 metros, dándole al interior una notable potencia expresiva. Pero durante la ejecución de la obra esta estructura se ocultó, de tal modo que la nave cubierta a dos aguas acabó presentando un interior absolutamente neutro. Este no fue el único cambio. Cualquiera que visite la iglesia tras haber estudiado los planos podrá comprobar que los diversos elementos ornamentales que en la actualidad decoran el muro que se encuentra tras el altar, no se corresponden en absoluto con el terso paño de hormigón visto sobre el que se preveía la colocación de un sencillo crucifijo, flanqueado por un grupo de seis apóstoles de gran tamaño». |