| | AGRASAR QUIROGA, F. «Guía de Arquitectura de Vigo (1930-2000)”. COAG, Vigo, 2003. Documentos de Arquitectura Nº 42, Colegio de Arquitectos de Almería, 1999. |
| | «Alfonso Penela desarrolla el proyecto para la sede del Instituto Camoes en Vigo, interviniendo en las ruinas de tres edificaciones situadas en el casco histórico de la ciudad. Estas piezas comprenden «La Torre», que data de 1540, «La Casa», de 1579, y una pequeña vivienda de fecha posterior. Además de estas edificaciones, se incorpora el espacio ocupado por unos pequeños alpendres para crear una nueva plazuela de acceso al edificio. La intervención mantiene el aspecto de las fachadas, transformando su interior ruinoso con una estructura horizontal de vigas de acero corten, con el mismo canto que las desaparecidas de madera, y losas con encofrado perdido del mismo tipo de acero. La madera de cedro, sin barnizar, tiene una fuerte presencia, ya que con este material se resuelve la estructura de las cubiertas, las carpinterías, tanto interiores como exteriores, los tabiques y el mobiliario fijo. La organización funcional del Instituto Camoes es simple y efectiva. La planta baja se dedica a usos públicos, como un pequeño auditorio y una sala de exposiciones; la planta primera acoge pequeñas aulas y parte de la biblioteca; la planta segunda, a la que se incorpora el espacio bajo las cubiertas, alberga el área administrativa del centro, además de completar el espacio de la biblioteca, que se desarrolla en doble altura. A la venerable presencia de los volúmenes de piedra del conjunto restaurado se unen una serie de pequeños gestos, educadamente subordinados al protagonismo del valor histórico de lo preexistente, que señalan la contemporaneidad de la intervención. Bolardos, bancos, celosías de madera y el volumen de vidrio del acceso, indican con sutileza el carácter del tiempo en el que se interviene. En el interior este equilibrio se invierte, siendo la presencia de lo contemporáneo el absoluto protagonista y el testimonio de la historia una referencia menos evidente». Fernando Agrasar. |