| | «Este edificio de Jenaro de la Fuente, diseñado al inicio de la década de los sesenta, establece una interesante relación con otro notable edificio docente, la Escuela de Comercio, construida veinte años antes por el mismo arquitecto. Aunque el tiempo transcurrido y sus difíciles circunstancias transformaron la forma de abordar el ideario moderno, ambos edificios comparten un claro planteamiento funcional, al que se supeditan otras intenciones constructivas o formales. El Instituto Santo Tomé de Freixeiro presentan tres piezas diferenciadas: un cuerpo bajo, con dependencias administrativas, un amplio porche y un gran vestíbulo, tras el que se disponen un salón de actos con muros curvos fragmentados para permitir la entrada de luz; un cubo de piedra, ciego hacia la calle, que contiene la caja de escaleras y aseos; y, por último, un volumen alargado, de tres plantas en las que se disponen las aulas. Estos tres volúmenes están cosidos en planta baja, por una secuencia de grandes espacios comunicados, destinados a la reunión o el juego. Así el vestíbulo, el arranque de la escalera, el espacio de recreo cubierto y el gimnasio, se sitúan a lo largo de un eje longitudinal que convierten toda la planta baja en un espacio diáfano, en el que la piel exterior de cristal va dejando al interior o al exterior los soportes perimetrales. La potente imagen del edificio, caracterizada por el contraste entre volúmenes ciegos, de piedra, y piezas acristaladas, que evidencian su naturaleza constructiva de hormigón armado, todas rematadas con cubiertas plantas, mantienen la moderna personalidad y atractivo de su arquitectura, a pesar de algunos añadidos y transformaciones posteriores.» Fernando Agrasar. |