Los ingenieros de la Lonja de Gran Sol asumieron la idea moderna de considerar los edificios industriales como piezas de valor en el conjunto construido de la ciudad, en su calidad de monumentos modernos, más allá del estricto valor utilitario. Los bajorrelieves de los extremos, añadidos con posterioridad, subrayan esta intención
Lonxa de Lira
«o edificio funciona perfectamente alí mesmo, na súa relación co mar inmediato, o porto, unha obviedade, e tamén o fai na percepción equilibrada da súa implantación no horizonte xeográfico máis aberto e afastado, o océano»
Luís Gil+Cristina Nieto
Lonxa de Fisterra
«Se plantean dos esquemas de funcionamiento muy simples que no se tocan: el de los visitantes, como recorrido longitudinal elevado (anillo); y el de lonja, definido por la secuencia lineal (espina)»
Creus e Carrasco