«Se desarrolla el proyecto a partir de un local comercial en su día destinado a ultramarinos familiar, ubicado en los bajos de un anodino edificio de viviendas, tanto o más que el entorno urbano en el que se inserta y cuya mayor bondad, estaba en el patio de parcela que el paso de los años y la «poli-actividad» de sus propietarios han ido caracterizando y definiendo.

Aquí, se nos encarga acondicionar el local como una pequeña barbería, por tanto de uso exclusivo para hombres, en la que únicamente trabajará su propietario, el cual pretendía de ella que fuese acogedora, «masculina (….)» y donde a mayores de cortar el pelo se daría la posibilidad de tomarse algo, conectarse a internet, leer el periódico… Todo en atención al cliente pero también a uno mismo, el dueño y barbero, que entiende el lugar de trabajo casi como extensión de su propia casa… o tal vez la casa como extensión de su propio trabajo.

Formalizamos estas «ideas» a partir de tres materiales: el ladrillo perforado pintado de blanco; la madera termotratada; y el vidrio. A mayores el terrazo existente en el suelo que pulimos y abrillantamos. Una materialidad de sobra reconocible, asumible, presente en el subconsciente.

Conformamos con estos ingredientes un espacio, el principal, en el que se enfatiza la profundidad del local fijando la atención en el acto de «barbear» y en un fragmento tomado del patio. Para ello trabajamos con la proporción del mismo y con la sucesión de unas «cuadernas» de madera termotratada que en su «ir y venir» lo «amueblan» todo, prolongan la barbería en el patio o el patio en la barbería y caracterizan sensorialemente el espacio. Su materialidad y su desarrollo hurgan en el imaginario colectivo…»

Juan Taboada e Miguel Camba