| | «La intervención propuesta intenta recuperar ese aire misterioso de monumento oculto, que no es descubierto en su totalidad hasta estar prácticamente a sus pies. Me parecía que debía aprovechar la ocasión de señalizar al tiempo el monumento desde lejos, es decir, dar algún dato visual que ayudase al visitante a su localización a través de un cierto código visual preestablecido. Al igual que en la Iglesia de San Fiz de Cangas (Ferreria de Pantón), donde dos gigantescos cipreses frente a la fachada de la Iglesia y más altos que esta, hacen identificable desde lejos el pequeño edificio, he proyectado como base de la intervención un gran banco-tiesto apoyado en el muro curvo existente donde se plantarán 5 cipreses que con el tiempo identificarán el recinto desde el acceso a través del camino y desde la carretera a pie de ladera, cima un lugar destacado dentro del territorio. Se ha repuesto el talud que existía antes limitándolo y conteniéndolo, con muretes de piedra que van variando su cota de remate en función de la altura del talud. En dicho talud se han plantado robles (presupuestados de edad y dimensiones respetables) que oculten en casi su totalidad la Iglesia al visitante que accede por el camino en un primer contacto con el mismo. Un señalizador de granito de diseño geométrico muy sencillo con leyenda grabada, indica al visitante el nombre del monumento y su época de construcción. Un breve pasaje recto de tres metros de anchura, intencionadamente angosto, flanqueado al este por los robles de gran tamaño, y al oeste por la hilera de cipreses se adentra hacia la iglesia e intente recuperar ese espíritu de ocultación y misterio del monumento que expuse anteriormente». |