El terreno, muy degradado, sin capa vegetal debido a la acumulación de escombro y movimientos de tierra, presentaba como únicos elementos de interés algunos castaños y un manantial muy frecuentado por los vecinos.
Se interviene mediante una urbanización general, que resuelve los límites y problemas del entorno planteando el soporte básico del espacio público, y mediante pequeñas actuaciones que proponen nuevos usos complementarios en elementos edificados. De esta manera el espacio se complejiza y sirve de reclamo de los diferentes grupos sociales. La idea principal del proyecto es la de un recinto exterior con espacios interiores construidos, todos ellos con carácter público y con diferentes posibilidades de uso.

Los límites se construyen como filtros entre el viario y la plaza, o también como puntos de vista sobre ella.

Una cubierta continua se apoya en cubos de hormigón de diferente uso: descanso, quiosco o almacén de jardineros.

Una nueva fuente para el manantial situada entre la plaza y la zona verde; bancos-alcorque para tulipaneros que se repiten siguiendo las juntas del pavimento y una escalera-grada que resuelve el encuentro entre el espacio central y la nueva calle.

La forma del elemento edificado principal responde a las actividades que puede albergar tanto su piel como su interior. Se ofrece como plataforma elevada a la plaza (escenario) y en su interior alberga una sala de exposiciones y conferencias. La fachada es un fondo de escena, pantalla de proyección y luminaria. Sus grietas son lámparas de luz, natural y artificial. Las diferentes entradas y las distintas posibilidades de recorrer y compartimentar el edificio están relacionadas con su flexibilidad de uso.
Entre los bancos-alcorque se ha construido una pequeña cafetería, cuya transparencia está en función de los espacios a los que sirve: la calle y la plaza. Es un recinto público dentro y en el límite de otros.»
CreuseCarrasco