| | «Hasta los años ochenta, muchos polideportivos rurales gallegos no eran más que naves industriales con estructuras y cubiertas metálicas, con cerramientos mínimos. Aquí, se trataba de ampliar y adecentar lo existente, reorganizando todo sin tocar la estructura ni el volumen general, excepto los nuevos añadidos. Había que utilizar además un lenguaje similar en materiales y tonos a la piscina cubierta y gimnasios vecinos. Todo el edificio es obsesivamente gris, excepto… el nuevo ventanal. El anillo perimetral multicolor filtra esa luz tan cambiante y característica de Galicia, aportando el carácter alegre y que relacionamos con el mundo del deporte aficionado.» Antonio Amado |