A igrexa de San Francisco Xavier destaca tanto polo edificio como polas esculturas que nela se encontran. O conxunto parroquial articúlase ao redor dun patio axardinado interior pechado pola vivenda do párroco, as salas de reunión e, como elementos formais de maior presencia, o campanario e a igrexa. A igrexa é obra do arquitecto Gerardo Calviño e presenta un deseño sobrio que fai de contrapunto perfecto para as esculturas que acolle no seu interior
Igrexa de San Lourenzo de Albeiros
Destacan na cidade tres conxuntos parroquiais realizados entre os anos 60 e 70. O primeiro en ser proxectado, polo arquitecto asturiano Efrén García Fernández está dedicado a San Lourenzo e mostra, como xa o tiña feito no pavillón dos deportes, a súa capacidade como proxectista. O conxunto de casa parroquial e igrexa organízase ao redor dun porche cuberto, que, xunto co baptisterio no exterior, define un claustro interior recollido e amábel
Poboado de colonización de Matodoso
«Matodoso se diseñó como un centro dotacional, perfectamente delimitado y consolidado con iglesia, escuela, locales comerciales, parada de autobús y centro cooperativo, mientras que las viviendas se distribuyeron en un territorio amplio, vinculadas a amplias propiedades rurales» Fernando Agrasar
Igrexa parroquial de Santo Antonio de Padua
«El edificio se encuentra agobiado por construcciones de altura que ocupan lo que siempre debió respetarse como zona ajardinada […]. Nunca pensé que la torre compitiera con los bloques de viviendas» José Fernandez del Amo
Centro Parroquial en Elviña
‘La planteé como una cubierta plana, ligera, muy simplificada, de forma que entrara luz en las instalaciones. Tiene un bloque con una vivienda de sacerdotes en dos plantas y con un porche debajo. Los feligreses acceden por aquí o disponen de otro acceso inferior. El terreno va cayendo formando un anfiteatro de asientos situándose al final el altar, de tal manera que con una corredera se puede obtener una capilla, o puede quedar abierta toda la iglesia’ José Antonio Corrales
Iglesia Parroquial del Perpertuo Socorro
«El edifi cio no está orientado canónicamente hacia el este, y su relación con la ciudad es confusa. Aunque la entrada natural a la iglesia hubiera sido desde el paseo superior, el notable desnivel del terreno aconsejó girarla hacia la calle Lalín, donde aparece una pequeña plaza y un pórtico cubierto. Desde allí se ingresa a la nave central y al baptisterio, así como a las demás dependencias, situadas en el semisótano»
Iglesia Parroquial Virgen del Rocio
«En la actualidad, es difícil hacerse cargo de la composición volumétrica del conjunto. Sólo desde el interior del templo se puede intuir todavía hoy lo que pudo llegar a ser el edificio. El espacio de culto queda marcado por unas cerchas metálicas vistas que van levantando la cubierta desde el atrio exterior, de muy baja altura, mientras que su cordón inferior dibuja un plano virtual que mantiene el espacio en una escala humana. La iluminación lateral es confusa, ya que la iglesia está orientada a norte, mientras que la plementería vista de ladrillo —nada corriente en Galicia— le da al edificio un carácter aún más exótico».
Casa del Santísimo Cristo de la Victoria
«Coello llevará su obra a extremos de virtuosismo, exprimiendo al máximo la debatida cuestión de la austeridad, entendida tanto desde las necesidades económicas reales como desde una nueva sensibilidad más implicada con el papel social de la arquitectura. De hecho, esta parroquia ha sido, desde su inicio, un foco muy activo de reivindicaciones vecinales».
Iglesia de San Martín de Coia
«La parte más reseñable del proyecto era la estructura, conformada por seis pórticos metálicos que salvaban una luz de 24,30 metros y alcanzaban una altura de 10,80 metros, dándole al interior una notable potencia expresiva. Pero durante la ejecución de la obra esta estructura se ocultó, de tal modo que la nave cubierta a dos aguas acabó presentando un interior absolutamente neutro».
Edificio de Obras Sociales para los Padres Jesuitas
El edificio diseñado para la Compañia de Jesús en el centro de Vigo exigía disponer de dos grandes espacios en semisótano y entreplanta para usos comunitarios y religiosos. El proyecto de Perez-Lorente y Yáñez Ulloa coincide con el desarrollo del Concilio Vaticano II -iniciado en 1962 y clausurado en 1965- en el que se introdujeron importantes reformas litúrgicas.