| | «En el año 1970, una asociación caritativa denominada Patronato de la Vivienda Gitana encargó el proyecto y la dirección de obra de siete viviendas para otras tantas familias de gitanos, a construir en el claro de un bosque que domina el último meandro del río Lérez, antes de su confluencia con la ría, lugar en el que se asienta la ciudad de Pontevedra. Después de varios intentos de agrupación de las viviendas en un único edificio y de escuchar a los futuros usuarios, se optó por pequeñas construcciones aisladas de tipología muy definida, con antecedentes en el carro gitano, el hórreo y el vagón de literas, lo que dio como imagen resultante la de un campamento gitano integrado por carros que también recuerda, por el tipo de asentamiento sobre una topografía accidentada, a un campo de hórreos. Las viviendas, de pequeña superficie y bajísimo costo, debían albergar familias numerosas de entre siete y trece miembros cada una, lo cual aconsejaba una disposición de dormitorios y camas análoga a la de un vagón de literas. Los materiales y técnicas constructivas debían ser tales que permitieran, en gran medida, la autoconstrucción, por ello, se eligió la fábrica de ladrillo enlucida y pintada como elemento resistente y divisor. Las fachadas descansan sobre unas vigas prefabricadas longitudinales, soportadas a su vez por pilares circulares de hormigón que absorben los desniveles topográficos, elevaban el piso habitable del terreno húmedo y permiten, entre ambos, almacenar la leña, albergar cerdos o gallinas, secar la ropa o tender una manta, echar una partida de cartas o tocar la guitarra. La cubierta se resolvió con planchas de filón blanco ancladas a cimbras semicirculares de madera, asegurando con ello un alto grado de impermeabilidad para la vivienda y creando un desván accesible, muy útil como fayado»César Portela |